Ida semifinales de Champions en el Bernabeu 0-2.
Ni decisiones arbitrales, ni tácticas mágicas, ni presión mediática, ni calentamiento pre-partido... un equipo formado desde la cantera, con un entrenador de la casa, que siente los colores y ama a su profesión, que trabaja en el campo y no fuera de él, sencillamente un cúmulo de actitudes con una política deportiva a medio-largo plazo que empieza a dar resultados, gana 0-2 al equipo del "talonario", con un entrenador que juega al empate en su estadio, que culpa a los árbitros, a la UEFA, al calendario de competición, a maniobras ilegales del equipo rival, que quiere irse a su casa a disfrutar de su familia cuanto antes (como todos después del trabajo).
Este equipo perdedor y su entrenador hacen daño al fútbol, a su afición, a su historia, a sus jugadores y a su familia.
Este equipo perdedor y su entrenador hacen daño al fútbol, a su afición, a su historia, a sus jugadores y a su familia.
